El cobarde será, y engrilletado vendrá, tras el
Departamento de Estado ratificar su extradición declarada judicialmente por la Corte del Distrito Sur de Miami Florida, a gusto no viene según
declaró su vocero Camacho, menos por un acto de valentía u hombría para desvanecer
o matizar su demostrada cobardía, cuando prefirió huir en vez de resistir un carcelazo
y desafiar con el apoyo de sus seguidores, a quien durante su gobierno destituyó
vía “twitter”, calificó como un “botellón” y, hoy por hoy, como el “tortugón”.
Pensó que una
carta de cuatro páginas dirigidas al Departamento de Estado, socaliñando favores
al gobierno norteamericano en materia de seguridad e inteligencia, serviría
para convertir su persona en un objetivo o asunto de interés para la seguridad
del Imperio. La vedad es que semejante imaginación raya en la ingenuidad, por obviar
decir en lo iluso y ridículo. Es más que agradezca a Dios, porque los gringos y
canadienses no le abrieron un “indictment” por manipulación del mercado,
valiéndose de información privilegiada o “insider trading” en la compra y venta
de las acciones del Holding Petaquilla Minerals, una vez su filial Petaquilla
Gold iniciara trabajos de explotación de oro en Panamá en el año 2010, operación
bursátil ejecutada por medio de la cuenta High Spirit, cuyo portafolio era
manejado por la casa de valores Financial Pacific.
Regresará engrilletado
por cobarde y después de gastarse una “burra de billete” en abogados allá y acá,
vender acciones de su empresa Ricamar, S. A., propietaria de la cadena de los
Súper 99. Sería buenos preguntarle: ¿cuál fue la ganancia? Cuando sacrificó su
posible figura de líder frente al pueblo panameño, tal vez comparables con
Arnulfo Arias u Omar Torrijos, por huir como un perfecto cobarde y no darle el
gusto al Tortugón de verte preso, mientras la mayoría de sus copartidarios y quienes
lo acompañaron en su gobierno, subían y bajan escalera en el Ministerio Público,
y él como “yeyesito” en una lujosa mansión, acostado en una hamaca, los veía por
televisión desde Miami.
Cuando en su
Partido Cambio Democrático no se sabe quiénes son sus accionistas ni sus bases a
quiénes responden. Prueba de ello que se han postulado para presidente doce
candidatos. Sus diputados desconocen tanto al partido como a las bases del
mismo y transan todo lo que puedan como mejor le convenga a sus intereses, siendo
ahora los mejores aliados del Partido Revolucionario Democrático.
Se imaginan si
en vez de huir como un cobarde se hubiese quedado en el país, comportado como
un verdadero líder valiente y en oposición, yo sinceramente no creo que el
Tortugón habría gobernado tan fácil como lo ha hecho hasta el momento. El
pueblo a cada una de sus convocatorias públicas hubiese asistido y participado,
claro está, siempre que las encabezara, seguido por su vasallo Camacho con su megáfono.
En fin, el
cobarde vendrá engrilletado de cintura, pies y manos, mansito y humillado. Ahora
sí todos lo veremos en vivo o “prime time” bajando de un avión y es trasladado
hacia otra celda, mientras el Tortugón con Pitufo y su secretario de metas se reúnen
con Putín y disfrutan con La Sele del Mundial en Rusia con nuestros cien mil
dólares. Otro días, trasladado a la Corte Suprema de Justicia para audiencia y
de ahí, salir en su automóvil para su casa con el país por cárcel; pero cual “tongo
botao que no pone boleta”, tal cual decía Arnulfo Arias.
Lo siento pero
no habrá Metro que sirva para borrar de la memoria del pueblo panameño tu
cobardía. La soberbia y cobardía acabó con tu personalidad y te arruinó
políticamente, ahora aprenderás y comprenderás que el dinero no lo compra ni
puede todo. Llegarás aquí y no pasará nada, y ustedes señores políticos, politólogos,
periodistas y “opinotólogos” no se preocupen, porque el país no colapsará por
la llegada de un perfecto cobarde, ni aun hablando o revelando secretos ante la
faz pública o inframundo; porque ya todo lo sabemos y nada logra conmocionar a
este pueblo o sirve para superar su cuadro clínico de encefalitis letárgica.
Sencillamente, no serás tú, un cobarde, el que logrará convulsionar la sociedad
panameña y convertir el país en un caos.