viernes, 30 de agosto de 2013

LA PLUMA INVITADA DE HOY

Las fracturas políticas y el bloque histórico

MARCO A. GANDÁSEGUI, HIJO

La Estrella, Sección de Opinión, viernes 30 de agosto de 2013.

Este artículo es una crítica al excelente trabajo publicado recientemente por el profesor de Filosofía de la Universidad de Panamá, Abdiel Rodríguez, sobre las ‘fracturas políticas’ en Panamá. Para hacer la crítica al mismo partiría de las nociones sobre el ‘bloque histórico’ de Gramsci. Primero a escala global. Segundo, el caso de Panamá. 

1. El desarrollo del capitalismo —su crecimiento y expansión, que requiere la incorporación de nuevas masas de trabajadores— genera nuevas relaciones sociales. En la segunda mitad del siglo XX se generaron dos movimientos sociales globales que explican las contradicciones que sacuden el sistema capitalista. Cuando finaliza la segunda guerra mundial se produce un realineamiento del capitalismo a escala global. La acumulación capitalista se organiza sobre nuevas bases —con EE. UU. en el centro— creando un mundo dividido en tres zonas geopolíticas: centro, periferia y semiperiferia. En el centro se construyeron las llamadas sociedades de bienestar (1945-1970), incorporando a la clase obrera al consumismo. 

La disminución de la tasa de crecimiento capitalista —a partir de la década de 1970— creó una primera fractura en el bloque histórico. Las políticas de ajuste económico —neoliberalismo— no pudieron frenar la tendencia. Este proceso se hizo evidente con el colapso de los mercados en 2008. 

El ‘bloque histórico’ que emergió de las cenizas de la segunda guerra mundial desapareció, llegó a su fin. Sin embargo, aún no aparecen las condiciones sociales para que surja un bloque nuevo que reemplace al viejo. Arrighi sugiere que el centro de acumulación capitalista se desplaza hacia China. Samir Amín visualiza un mundo multipolar. Las nociones de Quijano sobre la ‘colonialidad’ y de Marini sobre la desconexión se complementan con las ideas de Amín. Una cuarta plantea que EE. UU. reorganizará su hegemonía y el orden mundial. 

2. A partir de la segunda guerra mundial Panamá inició un proceso de industrialización mediante la sustitución de importaciones (modelo instaurando en América latina). La vieja clase capitalista rentista trasladó parte de sus capitales a este nuevo sector. El bloque histórico formado por el pacto liberal-conservador de la primera mitad del siglo XX se fracturó. Apareció un nuevo proyecto industrial que requería —para ser exitoso— la absorción del Canal de Panamá a la economía nacional, así como un pacto social interclasista. 

El nuevo bloque histórico basado en la industrialización y el pacto clasista no logró materializarse. La Coalición Patriótica Nacional (CPN: 1952-1960) y el Partido Liberal Nacional (1960-1968) fracasaron. El ‘orden oligárquico’ colapsó en 1968. El golpe militar de este último año evolucionó hacia la constitución del nuevo ‘bloque’ formado por la incipiente burguesía industrial y la clase obrera, mediada por la Guardia Nacional. 

La alianza interclasista (populista) prosperó durante la década de 1970, negociando con EE. UU. los tratados del Canal, que harían realidad la absorción de los excedentes de la ruta de tránsito a la economía nacional. 

La crisis de acumulación capitalista global golpeó durante la década ‘perdida’ de 1980 a la región latinoamericana. En EE. UU. el presidente Reagan le declaró la guerra a los trabajadores aplicando los programas de ajuste económico. En Panamá colapsó el crecimiento económico, escalaron los conflictos sociales y Torrijos murió en un dudoso accidente. La década terminó con la invasión militar de EE. UU. y las nuevas políticas ‘neoliberales’. 

La invasión fracturó el bloque histórico concebido 50 años antes con el proyecto de industrialización. La fracción conservadora rentista regresó al poder sobre la base de una alianza con los ‘liberales / nacionalistas’, derrotados en la invasión de 1989. El nuevo pacto no incluyó a la clase obrera ni a los otros sectores trabajadores (entre ellos agricultores). La política de ajuste económico desreguló el Estado, privatizó las empresas públicas y flexibilizó a la fuerza de trabajo. En 2012, por primera vez en la historia de Panamá, cayó en forma absoluta el número de obreros industriales: de 110 mil en 2011 a 108 mil en 2012. 

El nuevo bloque histórico formado en torno a una alianza entre rentistas conservadores y ‘liberales’ descansa sobre la incorporación del Canal de Panamá a la economía nacional. El nuevo modelo de crecimiento introducido a fines del siglo XX se basa en la captura de excedentes de la ruta de tránsito. Además, sobre el despojo de trabajadores, agricultores e, incluso, pueblos indígenas. 

Es un bloque muy débil —puede fracturarse en cualquier momento— por dos razones. En primer lugar, no cuenta con el apoyo de los sectores sociales mayoritarios del país. Por el otro, el Canal de Panamá depende del auge de la economía mundial. El crecimiento de China, la incorporación de cada vez más trabajadores a la clase obrera y las demandas de materias primas de ese país oriental han logrado evitar que la región —y Panamá— caiga en una recesión. 

El crecimiento económico del último lustro en Panamá ha logrado mantener el grado de estabilidad política que le permite a la alianza rentista —‘liberal’ celebrar torneos electorales. Un primer indicio de una ‘fractura política’ en el bloque histórico —al cual apunta Rodríguez— podría ser la aparición del autoritarismo y el fin de la alternabilidad en el poder. 

PROFESOR DE SOCIOLOGÍA DE LA UP E INVESTIGADOR ASOCIADO DEL CELA.

Muchas Gracias. 

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