lunes, 21 de julio de 2014

LA PLUMA INVITADA DE HOY

La crisis del país y mi partido, el PRD

FRANCISCO SÁNCHEZ CÁRDENAS

La Prensa, Sección de Opinión, lunes 21 de julio de 2014.

La crisis actual del Partido Revolucionario Democrático (PRD) no tiene parangón en su historia. Es necesario que hagamos un pequeño y sucinto análisis de las posibles causas de la situación actual.

Todos conocemos la génesis, circunstancias, método y objetivos por los que se creó este partido, y no ahondaremos sobre ese tópico, más bien creo prudente y necesario escrudiñar sobre las causas que nos tienen inmersos en una enorme crisis de identidad y propósitos.

El PRD se creó para que continuara con los cambios realizados hasta entonces por Omar Torrijos Herrera, que se fundamentaban en dos principios precisos: perfeccionar la soberanía nacional total y contar con gobiernos que trabajaran en beneficio de todos los panameños, en especial de las grandes mayorías hasta entonces marginadas de oportunidades y del poder.

Para lograr esos objetivos había que seguir forjando a los panameños que llevaran a cabo esas tareas. Al mismo tiempo, teníamos que estructurar un partido alejado de los vicios de la política criolla: electorerismo, clientelismo y “juega vivo”. Cuando Omar Torrijos formó el poder popular lo hizo en procura de los hombres y mujeres más involucrados en la búsqueda de soluciones para sus comunidades, y no le importó si eran letrados, si no usaban zapatos o si utilizaban sombreros campesinos. Esto, con sus virtudes, defectos y errores, dio resultado en términos de soberanía, salud, educación, seguridad, vivienda, etc.

Pero, poco a poco lo fuimos desvirtuando todo y, desde la elección de los primeros legisladores en el partido, cuando “escogimos” a representantes de grupos económicos importantes, por encima de otras figuras de origen popular (también impregnados de la doctrina y método torrijista), inoculamos el germen del dinero y el clientelismo. Allí se introdujo, otra vez, la capacidad de los recursos económicos en las decisiones políticas. Este método fue el que perduró y se hizo más presente después de la invasión en 1989.

Así fuimos “avanzando” en la política panameña, hasta llegar a lo costoso que resulta ahora aspirar a un cargo de “servidor público”. Y, lógicamente, en este campo el que tiene más recursos y los invierte, tiene garantizado el triunfo. Lo peligroso es que no importa de dónde venga el dinero, ya sea del lavado, drogas, corrupción, sobre costos, etc.

Esto se ha visto con mucha claridad y más énfasis desde el 2009, con la campaña y gobierno de Ricardo Martinelli y su estilo. Él ha sido el máximo exponente (hasta ahora) de ese forma de política. Él desarrolló al máximo ese concepto de que “todos y todo” es comprable. Por eso, en su gobierno se hizo gala cínica del transfuguismo y del “alquiler de conciencias” o de los “prepagos” dentro de los partidos, y de figuras que, con la ayuda económica de Martinelli, abusaron de esa práctica y compraron conciencias y votos, en cantidades industriales.

“Mi chequera es más grande que la de ustedes”, fue la expresión de nuestro candidato presidencial, en Las Tablas, dirigida a un compañero que lo adversaba en las primarias. ¡No eran los planteamientos ni los principios, sino el dinero!

Esta es la causa de los desastres que se ven en todos los partidos y en los grupos económicos poderosos, del que se salvó, a última hora, el Panameñista, porque ganó las elecciones generales. Pero el país y la democracia sí perdieron valores de desarrollo fundamentales.

El transfuguismo y el alquiler de conciencias lo utilizó el Ejecutivo para lograr la “gobernabilidad”; y el diputado, representante o alcalde para asegurarse, a través de recursos y soluciones, la reelección. Esta es la raíz de los problemas del país. Los partidos políticos no escapan a esto, y en esta coyuntura, el PRD es el mayor exponente de ese estilo de política.

Por eso es que hay que refundar al país con una constituyente, y al PRD con gente que siga sus principios, lo modernice y no se venda al mejor postor, como lo hizo la actual dirigencia, que por aferrarse al poder rentable no ha entendido su papel y está llevando al partido hacia la destrucción que vaticinó y propició el expresidente Martinelli o preparando una posible alianza con el CD, en 2019.

Hago la salvedad de que no aspiro a ningún cargo dentro de la dirigencia, sino que me hago eco de mis propias palabras cuando le dije a un selecto grupo de torrijistas, hace tres años: “Ustedes comieron, durmieron y trabajaron directamente con Omar Torrijos, no dejen que su legado sea destruido por la ambición y el oportunismo”.

Muchas Gracias.

No hay comentarios: